Offline for me
Meses encerrados, días, semanas, y meses con solo con el sonido de mi teclado. Las cuatro paredes comenzaron a ser mis únicas amigas, la ventana se convirtió en la única que me iluminaba la mente. Y una sola foto fue capaz de dejar la semilla de lo que más tarde crecería. Al principio, mi percepción se había confundido, el concepto del amor resultaba distante e irreal como si me hubiese dado cuenta de que siempre heredaré lo malo de la suerte. En dos meses, ya nos encontrábamos robándonos el sueño, todo daba vueltas en ti, no sentía distancia y las horas del día se convirtieron en simples conceptos. En tres meses, mi teléfono siempre sonaba a las tres de la mañana y en cuatro meses se hizo realidad. El primer encuentro fue como un silencio al lado del mar, como si nuestro primer momento fuese idéntica a la de una despedida. Me sentía como mi último otoño, pero, de alguna manera, todo el ambiente decía que sí....