Rodrigo Fernety Escritor

Se mantiene fresco el recuerdo, de verte nuevamente y sentir a la memoria desafiandome por un par de años más. Fui caminando con destino a Sol de Oro, sin ningún plan de emergencia,  solo era yo y mi mochila  con mi faceta más jovial.   Sin importar que yo haya sido  el único poseedor de la idea,  incluso si salía de Sol de Oro  con medio pecho hundido,  todo valdría la pena si mi alma  se libraba de esta nostalgia.  Aunque no encontraba la fórmula  para nuestro reencuentro, si llevarte flores y demostrar  que aún conservo algo creciendo dentro de mí o tomar valor para empezarnos de cero, si es que realmente el amor  se refugiaba a mi lado. Es así que,  abracé aquellos primeros días de mayo  y mis ideas más tristes de ti,  porque tenía que cerrar o abrir puertas donde fui feliz.  Y agradezco que no me permitiste lucir como un tonto al quedarme viéndote a los ojos,  involuntariamente hiciste que mi tristeza  sea menos profunda desde entonces.   Si realmente te hizo bien el verme,  ¿Por

Imaginaba quedarme a tu lado, protegiendo el corazón que me esforcé en encontrar. Porque me sentía aliviado y que estaría bien con eso. Pero cuando me sonríes me siento como una carga más en tu mochila, invisible ante el mundo, acumulando una deuda de amor que nunca podría pagar.   No tengo mucho que ofrecer, mi vida de maravilla solo significa granos de arena del mar de desgracia que habita sobre mí. Porque siempre fui considerado la peor de todas las estaciones, por no saber consolar en tiempos malos. Decidí alejarme de todo lo que me importa, haciéndolos creer que siempre estaría volviendo. Sé que algunos tiempos regresan, pero el mío ya no regresará más. Sé que no seré la única persona que te amará, porque habrá alguien perfecto que quiera llover junto a ti, soñar profundo a tu nombre y que querrá envejecer sinceramente contigo. Que, a diferencia mía, solo sé lastimar, arruino todo y prometo que te guardaré en mi nostalgia. Mi corazón comenzó a tambalear, porque est

En primera persona   Llegué tarde,  a medio delirio,  para sincerarme, seguir con la soledad hasta las bodas. Aunque lo pensé mejor con el corazón, no me importa levantar más de una desilusión, estoy orgulloso de esperar a alguien al alcance de mis ojos. Respeto lo que alguna vez fue mío,  pero siento que no hay nada más que revelar, vivir alegre, vivir alejado de no tener que repetir la forma del cómo me dejaste. Un día tras otro aprendo a olvidarme de tu dedicación, aunque no sea mejor, fue mejor para mí. Quisiera poder ser más fuerte,  dejar al margen el dolor,   seguir  coincidiendo con estos tiempos tan silenciosos, incluso si no hay camino del cual sostenerme. Aunque nadie me crea, ya no es para mí cualquiera, nadie ha tenido destino en mí, es tiempo de grandes confidencias. Ahora convierto mañanas vacías en mis recompensas, un tierno comienzo, para que del cielo todo caiga. Y me llevo conmigo mis 23 velas a despedirme de mi anti