Leal

Tras muchos años de intentos, encontré peleas, cariño y amargura, pero ninguno se quedó estable durante el corto tiempo.

Estoy en el lado de los perdedores, donde todo se siente tan bien, donde todo lo que se aprende duele, donde todo lo que se ama muere.

Solo me queda ese inusual recuerdo de lo que fue el amor recorriendo mi cuerpo y de aquella felicidad coloreada en mi rostro. La totalidad de mis secretos duermen en tu mente, te lo confié ciegamente y sé que no se los revelarás a nadie. Eres la limpia sensibilidad que de alguna forma me complementa, la que me hace ver desde lo más salvaje hasta lo más simple.

Extraviado antes de comenzar, con el más grande error que repito todos los días, en el medio de ninguna esperanza, disfrutando cada vez más la facilidad del dolor.

Me enfrenté a grandes tormentas, perdido entre insignificantes cosas, ahogado en el pecado, incinerado siendo juzgado. Juré por un exigente amor, uno inhumano, para refrescar la escasa alma que poseía, juré porque ya no le daban sentido a lo común, confundido por todo un falso sentido de vivir.

Leal, tú que todos los días contemplas mi tristeza, silencioso con algo nuevo que decir, mejores amigos de un perdido paraíso… Leal, te tengo poco tiempo en el lago de mi vida, atrapado con la corona al cuello, pero tu amor es tan leal que no le importó los incontables golpes que te hice vivir conmigo, aún sigues ahí.

Seguiste a mi lado, en este confortable caos, tapando todas mis lágrimas, escuchando mis pecados. No podías decirme que me tranquilice, no podías decirme que todo ese daño iba a desaparecer, no podías decirme que me ame primero, pero tu sola presencia me daba tranquilidad.

Ya es tiempo de cambiar mi vida radicalmente, ya no aguanto seguir por lo mismo; si pudiera encontrar algún minuto para salir e huir lo haría, y no regresar nunca más. Por qué no mucha gente seguiría mis rastros, porque no he completado el sentido de vivir.