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Información sobre el autor - Rodrigo Fernety

 Rodrigo Fernety es un joven escritor de 25 años, nacido en Lima, Perú. Él estudió la carrera de Psicología del Consumidor en la importante Universidad ESAN (Lima, Perú) y actualmente es bachiller en dicha casa de estudios.  A la edad de 15 años, decidió introducirse en el mundo de la literatura y la escritura, como parte de un proyecto personal. Con todos los acontecimientos de la época (2013), decidió escribir su primer libro "Listo para el arrepentimiento", que fue su primer trabajo como autor independiente.  Ahora él está muy activo en redes sociales y publica contenido de sus trabajos regularmente. Además de estar siempre trabajando en un nuevo proyecto cada 2 años.  

e-Love

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 e-Love Me he desvelado por ti, pensando que, por primera vez, estaría invirtiendo bien mis sueños y así poder ganar un poco de amor y pasar las tardes más tranquilo. Mientras que en el mundo ocurren más desgracias que nunca, mi mente solo percibía lo inusual, todo se movía más rápido; porque yo me sentía querido a la distancia, no me importaba el tamaño de la pantalla donde te vería, sentía que jamás me alejaría de ti.   Aunque me muevas el mundo, descubrí la pequeña posibilidad de que siempre te quedes habitando en esa caja del espacio cibernético, todo distante e irreal. Me sentí incapaz de poder hacer algo y aceptar que nunca seré capaz en descubrir todos los lunares de que se apoderaron de tu cuerpo ni de empezar a jugar con tu cabello enredado. ¿e-Love o real? Sin importar la distancia o de la cantidad de pantallas que puedan existir, yo me quedaría tranquilo con la única posibilidad de quererte y de revivir, cada día, el motivo por la cual me gustas tú.   No creía qu

Cuando soy feliz

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Cuando soy feliz En un cuarto encuentro, las ideas vagas de mi mente lograron encontrar un punto de referencia. Ahora veo lo bello de la ausencia y algunos colores que conservan mis malos hábitos, porque todo solía ser oscuro como el rencor humano que me engañaba. Era feliz del recuerdo aun cuando me encontraba peor que tú, me confundía con el paralelismo de lo que decía haber sido mi vida. Exageré un poco con mi mala suerte, sabía que no combinaría con un feliz recuerdo, pero era mejor permanecer como lo que no te convendría. En un cuarto año, ya ni reconozco a quién llegué a amar, la exageración se comió la memoria de mi nostalgia. Hasta me repito a mí mismo que todo estará mejor, ya que el amor no era para entenderse. Es conveniente seguir sesgando emociones y sonreír un poco más, y conocer personas nuevas, olvidando que, en este mundo incapaz, se puede observar todo lo irreal de la vida. Solo era mi deseo egoísta quien consolaba mi triste duelo. No sabía que esto sería po

Retrasando fracasos

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Retrasando fracasos Ojalá algún día pudiera pensar en mí y no quedarme en nada. Quisiera llegar a ser excitante, refugio suficiente, quisiera sorprender un poco a la estación de mi alma y tomar un globo que me eleve al cielo. Quisiera tener tiempo para no ocultar todos los problemas que tengo, reprimir mis errores tanto como lo estoy yo hoy día. Porque no coincido en el concepto de vivir, nacer fue una causalidad de los malos momentos. Cada victoria, cada momento feliz que atraviese en mí no reemplazarán, no eliminarán las marcas ni las cicatrices que me dejó el tiempo. Sueños, apariencias, metas que no encajan. Solo estoy retrasando el fracaso que seré en vida. Paso horas y horas en ser un inservible, que solo comparte un pedazo de su emoción en caminos equivocados, donde todos tienen pena de mí. Me confunde y frustra no ser capaz de discernir que no soy más que para encajar mal y portar una mala muerte. Y es que, tristemente, ser realista es mi mayor problema, porque si

Lágrimas a ciegas

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Lágrimas a ciegas  Desconóceme, como si hoy estuviésemos vivos para ser nada, como lo éramos hace unos días, sin emociones, sin poder sentir u oír, sin asumir que nos pertenecemos para todo. Quisiera seguir pareciendo un caballero a primera vista, seguir siendo un elemento más del tiempo, ser capaz de caducar, de ser destino de arte o de hurto.    No soy nadie en tu vida para pedirte que me des un poco de piedad u oportunidades. Pero si lo haces, a mi regreso estaré menos herido, con los ojos un poco más calmados. No quisiera sonar grosero o como un sinvergüenza, pero si te atreves me puedes anticipar, tienes aquel permiso para cambiarme de líneas y de todo aquello a lo que estoy acostumbrado.        Si tú me pidieras yo te daría las cosas bien claras. A tu edad, tu cabeza se limita a pedir de más, ignoras etiquetas que te incomodan. No piensas en cambiar el mundo o en arreglar los errores que cometiste, porque das por hecho que dent