Rodrigo Fernety Escritor

Escucharte en el cielo  Te entregué todo mi amor en un rincón del cielo, y sin parecer lo teníamos todo y nada a la vez; aunque con solo tu presencia, la forma en el cómo me mirabas, y el silencio, se convirtió en mi miedo, pero aun así quería darte lo mejor del mundo, porque creí que lo dejarías congelado, como el amor que no funcionó en el pasado. Pero sacaste a la realidad lo que sentías por mí y me besaste tal como amor quería para los dos. Y creo que viniste para alegrarme la vida, que con tan poco tiempo me convertiste en el leal de tu corazón, dejaste que me quedase muy cerquita de ti.  Haces que viva mis días como si todos mis sueños se cumplirían en cada uno, todo logró cambiarme la pobre vida, eres esa dulce sensación. Y es por eso que me encantas, porque me encanta verte a mi lado, me gusta llevarte al lado junto de mi felicidad. Y ilusionado me tienes por hacerme pensar en ti entre las calles, cuando todo el cielo tiene ese color naranja y la gente sonríe al la

Nuestra propia culpa Nos sentamos a pensar para dejar de ser nosotros mismos por pocos minutos, para sentirnos vacíos, pero respiramos y todo sigue igual, perdimos el control de las cosas y la impotencia nos lastima cada vez más. Nuestra propia percepción es irreal, esa la que nos lleva a lugares extraños, esa la que nos hace vivir un tierno sueño, esa la que nos hace agarrar un paquete de cigarrillos. Pero de momentos nos aniquila desde lo más profundo para que nadie lo pueda escuchar. A veces pensamos que estamos de lado de todas nuestras son correctas, ilusionamos que andamos sanos, que cuando reaccionamos de nuestra propia arrogancia, nos deprimimos hasta llegar a rendirnos de nuestra propia fe y existencia.  Dicen que tomamos veneno para que otro inocente muera, quizás sea cierto porque es difícil de darnos cuenta que nacimos enfermos tratando de escapar de ese aliento que nos obligan a respirar.  Lloro todas las noches para poder ver más cristalin