Desgastes
Primer día de septiembre y ya la quité peso a los requisitos, para olvidarme de los métodos tradicionales que alargaban mi vida sin un nombre extra.
Sin temor, puedo decir que busco a alguien que no se sienta
culpable de quererme, que al conocerme ya no le aparezca la duda de amarme o
no. Repentinamente, sigo creyendo en la felicidad a primera vista.
Día 1 para nunca más rendirme, y decirles a mis heridas que
aún hay esperanzas, porque estoy dispuesto a buscar a alguien que se atreva a vivir
conmigo la incertidumbre, que se acople muy bien con mis horarios, que tenga la
virtud de esperar y no rechazarme.
Viví asumiendo que nunca podría corregirse mi adicción a la
compañía, sentía que era injusto haber nacido con toda esta incomprensión. Pensé
que era en vano esperar, que en algún momento esta mala suerte se desgastaría
por tanta emoción.
No quisiera que se perdure la
costumbre de mal interpretar mis sentimientos, yo no mendigo por un cálido
tacto, un amor de otra dimensión, tampoco que adelanten la primavera por mí. Quizás
me equivoque y, sin querer, esté jugando con la muerte por no pensar que el
amor es un oficio, por no buscar a alguien por su signo, por no creer que el
amor tiene que doler para que funcione.
Sé que, aunque me esfuerce, no
moriré sin un beso de buenas noches ni por permanecer intacto antes de dormir.
Pero es vacío apagar las luces de mi habitación y asumir que nadie quiere pasar
el tiempo conmigo, porque estoy lleno de desgastes y que vivo con requisitos
fuera de mi edad.
No estoy totalmente seguro si
se tiene que pedir perdón por querer demasiado, aunque siempre busco una
solución y evito la miseria.
Perdóname si me equivoco
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