Lágrimas a ciegas
Lágrimas a ciegas Desconóceme, como si hoy estuviésemos vivos para ser nada, como lo éramos hace unos días, sin emociones, sin poder sentir u oír, sin asumir que nos pertenecemos para todo. Quisiera seguir pareciendo un caballero a primera vista, seguir siendo un elemento más del tiempo, ser capaz de caducar, de ser destino de arte o de hurto. No soy nadie en tu vida para pedirte que me des un poco de piedad u oportunidades. Pero si lo haces, a mi regreso estaré menos herido, con los ojos un poco más calmados. No quisiera sonar grosero o como un sinvergüenza, pero si te atreves me puedes anticipar, tienes aquel permiso para cambiarme de líneas y de todo aquello a lo que estoy acostumbrado. Si tú me pidieras yo te daría las cosas bien claras. A tu edad, tu cabeza se limita a pedir de más, ignoras etiquetas que te incomodan. No piensas en cambiar el mundo o en arreglar los errores que cometiste, porque das por hecho que dent