Tantas memorias para perder

septiembre 13, 2015

Cuando me dices que me necesitas, una parte de mí no sabe qué hacer, pero con estas emociones igual te tomo de la mano, suprimimos el miedo sin decir nada, y enfrentamos la amistad que nos traía desde hace tiempo, para experimentar un juego de sangre, para ir en busca de nuestra propia realidad.

Algo en el universo nos advertía de lo que estaba formando entre nosotros. Dando vueltas al asunto, buscando el último rayo de luz en el túnel, por miedo, nos acercábamos cada vez más; pero una vez ya tan juntos, que ahora eras tú el que no sabía que decir y así se quedó.

Seguro de decirte que tomaré la culpa si esto llegara a enterrarse, por el desastre que haré. Pero no me alcanzó el tiempo para advertirte, para seguir para siempre, no hay más. ¿A dónde iremos? Hay un fantasma que nos asusta y nos dice que demos la vuelta al final, dos almas gemelas chocando una vez más.

Nunca te había visto llorar, así que me acerqué a ti, me tomaste de la mano, me giñaste el ojo y ahí noté que estabas listo para lo que se venía, ya no querías la realidad. Lo único que te dije fue ¿Por qué te vas tan pronto?

Si ayer no estuviera tan lejos, podríamos compartir una última foto, después a dar la vuelta para darle paso al recuerdo a esos hermosos ojos, porque durante todo el día me sentiré atrapado en este mundo lleno de culpa, con tus lágrimas en mis ojos. Ya nadie me creerá, yo no necesito fe, solo te necesito a ti.

Todos por favor levanten los vasos para un decir adiós, aunque todo esté tan tranquilo, sin nadie que nos mire, sin nadie alrededor; para tantas memorias a perder, pero nadie te dejará en el lugar donde vas a ir.